domingo, 14 de marzo de 2010

La muerte en mi trabajo-Parte I


Hace casi exactamente 2 meses atrás encontré lo que siempre busque y que nunca pensé que podría conseguir, algo por lo que la gente se amontona y pelea como si estuviéramos en una selva de cemento en el cual ser débil es sinónimo de perdedor, eso es algo a lo que la gente le dice: trabajo. Conseguí trabajo y como diría ese filosofo mexicano que se apodero de mi infancia y de mi tele, chespirito: “no es una cosa que digan, huy qué bruto qué trabajo, pero ahí se va” o en todo caso ahí se iba, pero para que se den una idea mi rubro eran los cuadernos, lápices, libros, etc. Y como suelo ser un sujeto con una suerte envidiable conseguí el trabajo en el mejor de los horarios y muy cerca de mi hogar, porque para los que conocen la Lima, ate a unos pasos de de San Martin Porres verdad? Y trabajar de amanecida desde las 8 de la noche hasta las 8 de la mañana es una de las cosas que siempre he pensado en experimentar antes de morir. Pero detalles como esos son simples minucias con los que contare a continuación.


Los primeros días en el trabajo fueron realmente agotadores. Los compañeros de trabajo aparecían casi por casualidad y necesidad, porque felizmente el trabajo debía de ser en equipo. Entre las primeras personas que conocí recuerdo con peculiaridad algunos de ellos:

. Omar, mejor conocido como Goku viejo, hulk, Hércules o chuck norris. Este señor porque creo que bordeaba los 36 años de edad, siempre se andaba quejando de todo y contándonos que todos sus trabajos anteriores eran mejores que el de ese momento. Siempre andaba misio, es más ahora que recuerdo me debe 7 soles que yo cándidamente le preste un día porque me toco el corazón cuando nos conto que tenía una hija que alimentar, aunque ahora que recuerdo él era el primero en incitar a la gente a compartir algunas botellas de cerveza.

. Ben 10, un joven de unos 22 años de edad con un parecido espectacular con el personaje de dibujo, por ello es que nunca supe su nombre, él a pesar que tendría una hija en un par de meses siempre trataba de hacer el más mínimo esfuerzo en el trabajo, en pocas palabras: era un vago de mierda. Siempre se la pasaba hueviando como solo él sabía hacerlo.

. Gerardo, mejor o peor conocido como Cochinola o chucky, denominado así porque al parecer había comprado sus polos en oferta al igual que sus calzoncillos, ya que, todos sus polos era idénticos al del muñeco diabólico solo que en distintas variaciones de colores y en cuanto a sus calzoncillos al parecer alguien noto que casi nunca se los cambiaba y he ahí el porqué de el apodo de “cochinola”.

. El Emo, denominado así porque tenía el típico peinado emo y era el centro de diversión de muchos ya que podías molestarlo lo más que podías pero él nunca decía nada y cuando se tocaba el tema de su dudosa sexualidad en estaba tranquilo lo cual nos daba a entender que le gustaba recoger el jabón cuando se bañaba.

. El “vagon” hurtado, tampoco supe su nombre, aunque este sujeto solo duro 2 semanas en el trabajo, evidentemente porque era un vago. Estaban también: charapa, el inspector, poto blanco, ataucusi, carlota entre otros.

Pero el primer viernes cuando todos llegábamos cansados y con ojeras al trabajo el jefe no reunió a todos y nos dijo que no había trabajo para nosotros y en eso pensé lo mejor, o sea que me botarían pero no! Simplemente no había trabajo porque los de la mañana no habían ido y habían dejado todo en nada! Así que nos pidió que regresáramos al día siguiente a primera hora. Ese día pude disfrute con tal fruición el dormir de noche en mi cama como no tienen una maldita idea. Sin saber lo que me esperaría el sábado siguiente, fatídico sábado 16 de enero.

Al día siguiente llegamos todos a la hora que nos dijeron aunque nos dimos cuenta que era otro ritmo de trabajo el que se vivía por las mañanas, tanto así que ese día salí en un furgón, dícese-según yo- de un camioncito, a dejar mercadería librera, todo fue genial y es más, la idea de salir a las calles de Lima me gustaba. Pero no todo, al parecer, no iba a ser tan divertido y feliz como lo pensaba. Siendo casi las 6 de la tarde, mientras iba escuchando música sentado en la parte trasera del furgón sentí y viví algo que pensé jamás me sucedería. Nos chocaron, yo salí volando de un extremo a otro mientras revotaba en las paredes del camioncito y gritaba groserías a la vez, no podía hacer ya nada, está todo perdido y solo atinaba a cubrirme lo mejor que pude cuando en eso pude ver una luz y pensé que era ese tal San Pedro, pero no! Era la luz de la calle que entraba y me nublaba los ojos, la puerta trasera se había destrozado. Cuando terminamos de ser revolcados por un auto y arrodillado y mirando al suelo no sabía qué hacer, me pare y me palpe el cuerpo y la cabeza para ver si estaba bien pero me di cuenta que solo tenía el codo izquierdo golpeado y con un herida. Me pare y corrí hacia la puerta, saque la cabeza por la parte rota y pude ver que estábamos en media pista y mucho polvo alrededor, camine en busca de mi celular cuando en eso logre oír las voces de mis amigos que trataban de abrir la puerta ya rota, preguntando a la vez si me encontraba bien. Cuando baje pude darme cuenta que esta vez tuve algo de suerte, un auto no envistió en mitad del camioncito empujándolo hacia el carril contrario y pero el semáforo amortiguo un poco el movimiento evitando que nos vayamos al carril que iba en sentido contrario. Recuerdo la cara de nuestro chofer, un tal “meteoro”, un poco asustado y hablando por el nextel.

Ese día regrese por cuenta propia a la empresa, y luego de contar lo sucedido me enviaron a una posta para que me revisen y en mi primera semana de trabajo ya tenía 2 días de descanso medico autorizado. En una sola semana pude comprobar que mi trabajo era literalmente “la mueerrrte!”.

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