Hombre...en extinción?

Muchas veces he creído, ciegamente y tontamente, que las mujeres eran las únicas que tienen un cuidado especial, además de muy cuidadoso en cuanto a su aspecto personal, porque hay que ser sinceros, las mujeres se odian entre ellas, compiten día a día con las demás, ya sean amigas,hermanas, primas, o unas desconocidas totales. Ellas no pueden aceptar que le digas que otra mujer se ve mejor que ella, y si tienes el desatino de hacerlo te aseguro que al instante serias devorado simplemente con una mirada o tal ves un gesto, que dicho sea de paso las mujeres saben usarlo demasiado bien además de tener uno para cada caso. Por eso en una sociedad como la de ahora, la mujer se ha vuelto una total desquiciada en cuanto hablamos de mantener una diferencia con otra porque la rabia- que en algunos casos despierta en ellas un instinto casi asesino de demencial- que sienten al vera alguien con el mismo polo o pantalón es realmente indescriptible, por ello podemos decir que la mujer se “enchula” a sí misma o que se personaliza para la competir y tratar de robar algunas miradas impertinentes, lúdicas y libidinosas de algún transeúnte cándido y despistado, como solemos ser los hombres. Sin embargo, las mujeres no son las únicas que tienen un exhaustivo cuidado personal, y es algo que me he dado cuenta con el pasar del tiempo; ellas no son la únicas que pasan horas de horas mirándose frente a un espejo, porque ya hace unos cuantos años he tenido el desagrado de ver a hombres parados frente a un espejo minutos de minutos, peinándose, reventándose granos, acicalándose de una manera desesperante y me atrevería de decir que preocupante y lo digo porque siempre se tuvo la idea que el hombre es un ser rudo, fuerte, un pitecantropus poco preocupado y por ello un poco desordenado y desalineado en cuanto a su aspecto personal, pero que además eso era válido y asumido por todos sin discusión alguna. Y cómo puedo dar fe de todo lo que digo, una respuesta sencilla de responder, hace unos días atrás me encontraba en el baño de hombres, cuando luego de lavarme las manos como se debe hacer, me avecine a tomar un poco de papel toalla que colinda con un espejo relativamente grande, pero había algo que perturbaba mi andar y mi llegada a dicha papelera, y lo que entorpecía mi camino eran nada más que un grupo de 5 a 4 hombres, que pululaban únicamente la zona frente al espejo y que entre ello se daban de empellones, por ganar respetable y en el cual cupiera toda su humanidad. Todo esto, como mencione líneas atrás, me pareció preocupante, porque no es la primera vez que tengo el desagrado de ver esa situación. Hombres pasando minutos de minutos frente a un espejo, mojándose el cabello como si fuera un baño de verano, chorreando agua por todos lados, peinándose una y otra vez mirándose de frente, perfil y analizando qué ángulo le caería mejor para así sentirse satisfecho con sigo mismo y poder dejar lugar para otro “hombre”. Y es verdad que los tiempos cambian, pero nunca tanto no?...metro qué?!!! Y qué más desorden que el mio verdad?, ahora entienden porque yo no paro frente a un espejo, porque no necesito peinarme!!! Ah moderno eres ahora??