domingo, 17 de mayo de 2009

La cita "perfecta" ¿?

Siempre se habla de la “cita perfecta” y de cómo deberia ser e incluso hay test's, recomendaciones, tip's, guías, de todo para tener la cita perfecta, pero la verdad es que una cita no se vive como nos la muestran, o sea en hojas de papel o páginas de internet, porque no todos tenemos una playa cerca adornada con velas que iluminan el camino hacia una mesa acomodada con un mantel blanco y rosas alrededor acompañado de una buena botella de vino aneja y a 10 metros de distancia una cama, también adornada de blanco en la donde el anfritio piensa que terminaría su cita perfecta y de fondo se oye música clásica acompañada de la no menos relajante brisa del mar, todo esto suena bonito no ¿?, pero la vida real es diferente, en la vida real todo es de cemento, en la vida real se sufre. Porque todo te puede salir mal o recontra mal y basta con un simple titubeo para echar a perder tu cita perfecta, a pesar de los tip's y echar todo al tacho. Ahora vamos a narrar de alguna forma cómo es o seria una cita de un peruano promedio, que tiene al menos algo que decir y no como esos que para en el chat (ver post de abajo)para al menos no aburrir a su acompañante.
Una noche antes de la cita: Estas más que feliz que nunca, sientes que todo es bonito, todo te huele a rosas, nada te molesta, te pueden haber cogoteado y robado el celular,la billetera, un perro te puede morder, puedes haber trikeado o biquiedao en la universidad, pero ya nada importa, porque has conseguido “la cita” que querías, con la persona que querías y con la que soñaste tener de cerca por lo menos unos cuantos minutos. No puedes dormir pensando en los que podría suceder, aunque algunas imágenes que se te vienen a la cabeza no son como lo esperas la duda por momentos se apodera de ti, pero igual duermes con la ilusión de que todo saldra bien.
Por la mañana:
Despiertas más temprano que de costumbre, miras el techo y te quedas meditabundo y simulando tus métodos de seducción y en lo que harás, y diras, aunque imaginas todo lo que diras y te das cuenta que tu conversación se acaba en menos de 10 minutos, así que empiezas a ponerte creativo y ver cómo vas a cubrir el tiempo que te sobra. Luego te das cuenta que no puedes salir a la calle como sueles estar vestido, o sea todo "tú", pero ello no hace que te rindas y piensas en lo que pondrás en incluso buscas algo que se puede sacar rápido, uno nunca sabe verdad ¿?. Ahora viene la parte más importante: ¿cuánto dinero tienes? así que con un miedo impresionante abre la la billetera y miras y empizas a contar sol por sol y te das cuenta que esta vez la suerte se pone de tu lado. El día apenas comienza y aún todo te huele a rosas y nada te moleste e incluso tu vieja y todos sus gritos despavoridos.
“La cita”
Estas casi listo, a punto de salir de tu covacha pero te das cuenta falta arreglarte más el cabello y de bajarte más el pantalón, como para dar una imagen juvenil y de muchachito díscolo (estúpido no ¿?). Das tus primeros pasos fuera de tu covacha, esperando que el mundo por una sola tarde no conspire en contra tuya y que sarita te haga el milagrito (frase tomada de "pedazito"), decido vas directo al paradero para tomar tu humilde y asquiento transporte público. Pero cuando estas a punto de pagar tu pasaje y le dices al cobrador "cobrate" ( cuando en realidad deberias decir "cobrame") recuerdas que olvidaste tu carnet de medio pasaje así que tienes la desatinada idea de pagar con tu antiguo carnet, pero no, el cobrador se da cuenta de tu estupidez y te hace recordar a tu viejita, pero tomas un aliento profundo y te tranquilizas. Todo aún te huele a rosas e incluso el olor del cobrador. Ahora estas a pocos metros de llegar a tu destino, mensajes con tu pareja de cita para asegurarte que no te haya timado, pero luedo de unos minutos ella responde y vuelves a tomar un suspiro de tranquilidad, aún todo te huele a rosas, incluso el bebito con la señora que tienes al costado. Llegas a tu destino, bajas el auto y miras desconcertado a todos lados con nerviosismo y tal vez un aire de derrota al no encontrarla con la mirada pero luego de 10 minutos (si tienes suerte) la vez llegar a lo lejos, viene caminando por la vereda, la miras y pareciera que un haz de luz brillara a su alrededor, parece que tuviera alas como un ángel, haces el intento pero no puedes cerrar el hocico, ella te tiene estupidizado. Ella se te acerca con una cara enternecedora, te saluda y tú quedas callado por unos segundos y respondes el saludo, luego caminan un poco, como para aliviar tensiones, tratas de arrancarle un par de sonrisas diciendo cosas sin sentido y fuera de tino, pero asegurandote que ella te preste atención pero ademas sabes que a ella le gusta, pero aún no sabes si se ríe de ti o contigo. Pero prefieres dejar esa idea de lado y seguir para adelante. Aún todo te huele a rosas pero ahora no sabes si es tu felicidad y el aroma que desprende de ella. Sientes que todo va bien, puedes conversar fluidamente, ella responde de la misma manera pero todavía siente un "no sé qué" que te hace sentir angustia por dentro. Tratas que la gota de sudor de tu frente ,debido a la timidez que te embarga, no caiga o se haga notar; mientras te dices a ti mismo “vas bien, vas bien”. Luego sientes que ya caminaste mucho así que decides ir a algún lugar, pero antes de pedir alguna idea de a dónde poder ir, vas haciendo cuentas en tu cabeza y recuerdas la última vez que viste tu billetera abierta y empiezas a separar para todo lo que podría suceder y te das cuentas que todavía te sobran algunos soles. Así que decidido preparas la pregunta y sucede esto:
  • Tú: Emm y ahora qué quieres hacer, a dónde vamos ¿?, y como es normal esperas una respuesta concreta y directa.
  • Ella: No sé a dónde quieres ir tú.
Sí, eso sucede el 99.999% de las veces, así que propones un lugar y ella acepta con lo cual te das cuenta que “vas bien”. Aún todo huele a rosas. Llegan al lugar propuesto por ti y acomodado a tu economía un poco desnutrida. Se sientan y piden algo, todo va bien, la conversación es entretenida, ella muestra simpatía hacia a ti, le sonríes y ella a ti y es ahora que te das cuenta que no se reía de ti sino contigo. Salen del lugar, caminan más pero sucede algo inesperado ella sale con la servilleta en mano y la arroja al piso sin ninguna vergüenza, mirar la escena y tratas de borrarla de tu cabeza, haces como que eso nunca sucedió, todo te huele a rosas, aún.
Ya se acaba “la cita”, la oscuridad de la noche hace que ella decida irse a su casa, porque ella tiene que llegar temprano, aunque tú no lo quieras así que caballerosamente propones acompañarla y ella acepta, la felicidad por dentro se apodera de ti y sigues sin perder el sentido del humor. Se encuentran ya a una cuadra de su casa y te detienes con cualquier escusa, como para detener el paso y quedarse unos momentos parados, bajo el manto de la noche, porque sabes que es el momento, sí ése es el momento con el cual imaginaste antes de irte a dormir el día anterior…
  • Posibilidad uno: Puede que ella la haya pasado bien, pero que en realidad no llenes sus exceptivas, agachas la mirada por un momento, pero luego la alzas como un soldado en batalla y con mirada al frente y fija a ella le dices “no te preocupes” y la acompañas y se despide con un dulce beso y te vas a tu casa en tu asquiento trasporte público, pero ya no todo te huele a rosas, ahora sé sientes cólera porque no te cobran medio pasaje, diferencias el olor del cobrador, te acuerdas que trikiaste en la universidad, sientes que tu vieja te jode a cada rato. Todo vuelve a la realidad. Pero antes de dormir recuerdas todo imagen por imagen, sonrisa por sonrisa y duermes tranquilo, como un bebe y su pamper.
  • Posibilidad dos: Se miran, no sabes que decir titubeas un poco, esa gota de sudor que asomada al inicio de la tarde vuelve a escena, las manos te tiemblan un poco, pero tienes la mirada fija, mientras imaginas lo que quieres que suceda y sin pensarlo una vez más te lanzas a ella robándole un beso, cuando te das cuenta que ella responde a tú osadía, y disfrutas el momento con tal fruición, dentro de ti brincas de felicidad por dentro vives el momento segundo a segundo luego la sueltas ella te mira sonrojada, tienen una corta conversación un poco incomoda y luego la acompañas a su casa a paso lento. Luego triunfante y con la moral al tope te diriges a tomar nuevamente tu asquiento trasporte público, pero nada te molesta todo es felicidad, no puedes dejar de sonreír y sientes que ese aroma a rosas nunca desaparecerá.
NOTA: Este post es el más largo que he escrito, empezó con gracia pero termino un poco cursi, aunque en realidad yo me vacile y ojo la cita a la que me refiero es con alguien con la que en realidad quieres salir, aunque suene un poco novelsco y tal vez en realidad las cosas no son así ahora, habra alguna por ahi?. Y recuerden "sin van a meter la pata métanla, pero con media". Y cuando fue tú cita perfecta¿?...
Posibilidad uno:
Posibilidad dos:

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